La piel grasa es el biotipo cutáneo más común y, sin embargo, sigue siendo la gran desconocida.
Existen diferentes tipos de piel grasa: desde deshidratada a asfixiada, pasando por oleosa. Es importante que cada tipo de piel grasa tenga su tratamiento y su rutina específica, para equilibrar la secreción sebácea, sin agredir excesivamente el manto hidrolipídico e hidratarla de manera adecuada. Resulta imprescindible dar con las texturas idóneas, para hidratar sin saturar.